viernes, enero 02, 2009

(Re) Viviendo los mismos lugares. Parte I

"No somos los mismos de antes,
pero somos los mismos de siempre"

Diego González Reinfeld

La Plaza Altamira es el lugar donde se inician los planes, llegar al circulo de grama donde está el mástil de la bandera, cerca de aquellos escalones que tiempo atrás eran el desafío para patinadores (en patines en línea), quienes lo descendían de espalda, unos más osados saltaban, otro realizaba la maniobra a pie, pero la mayoría prefiere ir escalón a escalón.

Juntarse con Alvaro, David y Andrés siempre ha sido un poco complejo, en realidad, lo más complejo es Alvaro, quien siempre tiene que arreglarse para ir a cualquier lugar, porque como bien dice él: "Todo lugar ofrece oportunidades", lo cual me llevo a esperar más de lo que me interesaba. La reunión como de costumbre fue en un restaurant chino (la costumbre para ellos, a mi me parecía un panorama extraño y no lograba entender que pensaban hacer ¿comer arroz?, no tengo hambre, pero David me comentó que era el lugar por excelencia de los estudiantes por los precios bajos que poseen en las cervezas), el cual estaba lleno. Pero mi sorpresa fue mayor cuando vi llegar a Luis, a quien no había podido llamar. Solo faltaba que llegara Andrés quien estaba con una perra (de raza beagle). Así que al vernos en el dilema que no había mesas fuimos a buscar otro restaurant que quedaba cerca.

Los colores rojos y dorados acompañaban la danza que tenían los dragones verdes de largos bigotes que nos observaban desde la pared, que eran testigos de como se vaciaban las botellas de cerveza entre risas y comentarios absurdos. Las historias solo eran interrumpidas por aclaraciones de terminos que no lograba entender o porque esa broma requería haber vivido esa fiesta en particular a la cual no pude asistir porque me encontraba en otra. La familiaridad que teniamos los 5, porque Andrés ya había dejado a la perra en su casa, nace en la adolescencia y ese tipo de lazos me parecen que son difíciles de romper. Sueños, planes y nombramiento de padrinos de hijos que no se espera a que nazcan en esta decada terminaron de vaciar las botellas y devorar un plato de arroz con gato, o eso fue lo que dedujimos que era la carne del plato que encaró Alvaro.

Aburridos de oriente partimos en busca de nuevos horizontes, dando paso a la busqueda de un nuevo lugar, que unido a un pequeño cambio en los participantes, saliendo Luis porque debe trabajar en la mañana y la llegada de la novia de Andrés, que concluye con nuestra caida en un lugar demasiado folklorico en su decoración pero rockero en sus ventanas de plasma, la conversación fue un poco más seria por segundos y las anecdotas sobre las fiestas en las que había estado ocuparon el aire que nos envolvía. Juegos de video, antiguas novias y extraños vicios mantenían, a ratos, la atención de Amaris (novia de Andrés), mas su interés por salir de un lugar tan feo a algo más intersante, que era mi interés además, nos llevo a dirigir nuestras mentes embotadas a nuevos destinos.


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