Esta semana me vi entrampado en el formateo del PC por un troyano que me estaba haciendo la vida imposible, para ser más exactos era un troyano que descargaba troyanos. En fin, la única solución que encontré fue formatear el disco duro y partir de cero nuevamente.
Este tipo de acto, es recomendable hacerlo cada cierto tiempo por la eficiencia del computador y para poder liberar espacio de una manera cierta. Este proceso tiene una fase previa que es la de respaldar las cosas que uno tiene, ver las carpetas en mis documentos y clasificar que cosas valen la pena guardar porque las tienes que devolver nuevamente al disco duro cuando este listo nuevamente, cuales son las fotos que quieres mantener, cuales son los vídeos y mp3 que conservas. En definitiva, ver que es lo que rescatas de todo lo que has estado almacenando en el tiempo.
También he observado, en las limpiezas de discos de unos amigos que uno se olvida de respaldar algunas cosas y terminan siendo una especie de mini-tragedia porque era algo "importante" y ahora no lo tengo, normalmente son cosas que no se pueden volver a bajar de internet, pero siempre se puede. En mi caso, tengo la sensación que se me olvidó algo pero todavía no descubro que, tal vez es la pura paranoia.
¿Por qué escribir sobre algo tan aburrido como el formateo de un disco duro? Bueno ahora que lo escribo me doy cuenta que en aquel acto de borrar todo para luego ordenar las piezas para recibir nueva información es algo saludable para el alma también. Con ese último formateo he empezado a ordenar nuevamente las piezas de quien soy.
Para terminar un fragmento de un poema de Mario Benedetti:
"No olvida quien finge olvido
Olvida quien puede olvidar"
Æmilio
Este tipo de acto, es recomendable hacerlo cada cierto tiempo por la eficiencia del computador y para poder liberar espacio de una manera cierta. Este proceso tiene una fase previa que es la de respaldar las cosas que uno tiene, ver las carpetas en mis documentos y clasificar que cosas valen la pena guardar porque las tienes que devolver nuevamente al disco duro cuando este listo nuevamente, cuales son las fotos que quieres mantener, cuales son los vídeos y mp3 que conservas. En definitiva, ver que es lo que rescatas de todo lo que has estado almacenando en el tiempo.
También he observado, en las limpiezas de discos de unos amigos que uno se olvida de respaldar algunas cosas y terminan siendo una especie de mini-tragedia porque era algo "importante" y ahora no lo tengo, normalmente son cosas que no se pueden volver a bajar de internet, pero siempre se puede. En mi caso, tengo la sensación que se me olvidó algo pero todavía no descubro que, tal vez es la pura paranoia.
¿Por qué escribir sobre algo tan aburrido como el formateo de un disco duro? Bueno ahora que lo escribo me doy cuenta que en aquel acto de borrar todo para luego ordenar las piezas para recibir nueva información es algo saludable para el alma también. Con ese último formateo he empezado a ordenar nuevamente las piezas de quien soy.
Para terminar un fragmento de un poema de Mario Benedetti:
"No olvida quien finge olvido
Olvida quien puede olvidar"
Æmilio
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