Ayer, mientras viajaba por Viña del Mar, necesitaba ver la hora y al bajar el brazo mi mirada se posó en alguien que no veía hace muchos años. Lil' L, mi segunda novia (por extrañas razones algunos dicen que no debería contar a Manzana, la punk, porque eramos muy jóvenes y eso, pero es como injusto), sus anteojos de acetato rojo combinaban muy bien con el abrigo que la envolvía. Los años al parecer no se habían encontrado con ella y su manera desgarbada al andar seguía adornando su caminar.
Por un segundo pensé lo interesante que sería detenerme a conversar para saber como estaba y que era de su vida, mas el conductor al continuar con mi viaje, me recordó que ya no había nada más que hablar.
Por un segundo pensé lo interesante que sería detenerme a conversar para saber como estaba y que era de su vida, mas el conductor al continuar con mi viaje, me recordó que ya no había nada más que hablar.
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